En la primera novela del escritor americano John Verdon, antiguo publicista y ahora internacionalmente reconocido gracias al rotundo éxito de ésta, conocemos a su detective estrella, el señor David Gurney. Un ex-policía retirado, casado por segundas nupcias y viviendo en una casa de labranza a la que se accede por un camino
sin salida a 8 kilómetros de Walnut Crossing, un pueblo de Delaware, junto a su
joven mujer llamada Madeleine, de cuarenta y cinco años, delgada y atlética con el pelo largo y castaño, también
franca, inquisitiva pero serena, a la que le encanta cuidar de su jardín.
Una llamada de un antiguo compañero de clase, del que hace 25 años que no tiene noticias, le hace replantearse el acabar con su monótona vida y encontrar al causante del desasosiego de su viejo amigo.
Recibe a Mark Mellery en su hogar, mientras su esposa se encuentra también en casa. Y antes de discutir el caso con su mujer, instintivamente, ya sabe que lo aceptará. Por la singularidad y la peculiaridad del mismo no será capaz de dejarlo pasar. Aunque eso conlleve una gran discusión con su esposa.
El caso se va liando más y más y, aunque Gurney tiene una mente privilegiada que tiende a pensar durante horas sobre cualquier detalle que considera importante, los años de servicio prestado como policía le han pasado factura.
Lo bueno de la historia, o al menos una parte positiva, es que cuando parece que se ha quedado atascado es su mujer la que lo ayuda a desenredar la trama aún cuando ella está en contra de que se haya involucrado en un caso de tal trasfondo.
Es un libro que crea adicción, escrito de forma limpia y detallada, con capítulos cortos y con un ritmo más o menos rápido de leer.
Una idea original y una novela que sobresale del resto aunque a mí me ha faltado algo más.
Una llamada de un antiguo compañero de clase, del que hace 25 años que no tiene noticias, le hace replantearse el acabar con su monótona vida y encontrar al causante del desasosiego de su viejo amigo.
Recibe a Mark Mellery en su hogar, mientras su esposa se encuentra también en casa. Y antes de discutir el caso con su mujer, instintivamente, ya sabe que lo aceptará. Por la singularidad y la peculiaridad del mismo no será capaz de dejarlo pasar. Aunque eso conlleve una gran discusión con su esposa.
El caso se va liando más y más y, aunque Gurney tiene una mente privilegiada que tiende a pensar durante horas sobre cualquier detalle que considera importante, los años de servicio prestado como policía le han pasado factura.
Lo bueno de la historia, o al menos una parte positiva, es que cuando parece que se ha quedado atascado es su mujer la que lo ayuda a desenredar la trama aún cuando ella está en contra de que se haya involucrado en un caso de tal trasfondo.
Una idea original y una novela que sobresale del resto aunque a mí me ha faltado algo más.
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| UNA BUENA RECOMENDACIÓN |
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